Existe en la actualidad un gran interés... por la fibra dietética, principalmente por el papel tan importante que tiene en la prevención del cáncer colorrectal. El nombre de “fibra” se utiliza para designar el conjunto de materiales no digestibles contenido en los alimentos de origen vegetal. En 1929 Mc Cance y Lawrence propusieron el término “hidratos de carbono no utilizables” para designar a dichos materiales. Pero ninguna de estas dos denominaciones es enteramente satisfactoria. En lo que hoy llamamos fibra se incluyen sustancias que no son de naturaleza fibrosa, como la pectina, y no todos los componentes del residuo no digestible de los alimentos de origen vegetal son hidratos de carbono. Lo que en las tablas de composición de alimentos se denomina “fibra bruta” corresponde al residuo que queda después de tratar sucesivamente el alimento en caliente, con ácido y con álcalí, y el residuo que queda es principalmente celulosa y lignina.
Debido a su capacidad para retener agua y aumentar el volumen fecal, las dietas ricas en fibra aceleran el tránsito a través del intestino grueso.
El interés actual por la fibra deriva principalmente de los resultados de los estudios epidemiológicos que muestran una baja incidencia de cáncer de colon en las poblaciones cuya dieta habitual es rica en fibra. En estas observaciones se basa la creencia en el papel “protector” de la fibra frente al desarrollo del cancer de colon, defendida principalmente por Burkit y Trowell (1975).
Cuatro posibles mecanismos de este efecto protector son:
1. La presencia de fibra diluye las sustancias cancerígenas, o cocancerígenas, que pueden estar presentes en el contenido del intestino grueso.
2. La fibra aumenta la velocidad de tránsito y disminuye el contacto de los carcinógenos con la pared intestinal.
3. La fibra modifica la flora intestinal, lo que puede causar una disminución en la producción de agentes carcinogénicos.
4. La fibra, o alguno de sus componentes, absorbe los carcinogenos evitando su acción sobre la pared del intestino.
También el consumo habitual de dietas con elevado contenido en fibra, no está exenta de complicaciones. Aparte de las molestias debidas al elevado volumen de las mismas, la producción de gases da lugar a flatulencia, y puede llegar a causar obstrucción intestinal debida a la torsión del colon sigmoide.
Como siempre la moderación y el equilibrio son determinantes para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
FUENTE: Nutrerapia Victor Barrios
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