La regulación de la temperatura está controlada por el hipotálamo,el cual a través de termorreceptores dispuestos en diferentes partes del cuerpo (sobretodo en la piel) recibe la información de la temperatura corporal. Posteriormente el hipotálamo, como si de un termostato se tratara, analiza estas informaciones recibidas y acciona los mecanismos necesarios o bien para perder calor, o bien para mantener la temperatura.
•Conducción: se trata del intercambio de calor entre dos cuerpos con diferentes temperaturas al entrar en contacto. Este intercambio depende de la diferencia de temperaturas entre ambos cuerpos, así como de la conductividad térmica de cada uno de ellos. Centrándonos en actividades deportivas, los elementos que suelen entrar en juego son el cuerpo humano con el aire o con el agua.
•Convección: este proceso de intercambio de calor se produce cuando un fluido o un gas en movimiento (en el caso del deporte, el agua o el aire) entra en contacto con otro cuerpo. El medio en movimiento es denominado corriente de convección y el calor es pasado del objeto caliente al frío.
•Evaporación: al pasar un cuerpo de estado líquido a gaseoso se produce una absorción de calor durante el proceso. La evaporación se produce a través de la sudoración y de la respiración. En caso de la sudoración, cuando la humedad es muy alta, encontramos que la evaporación del sudor se enlentece y por lo tanto la pérdida de calor es más deficiente.
Para mantener constante la temperatura del cuerpo, el organismo utiliza fundamentalmente dos sistemas:
Las consecuencias de una vasodilatación excesiva, pueden conllevar un descenso del rendimiento del deportista. En primer lugar, el hecho de aumentar el flujo sanguíneo periférico conlleva una disminución del riego en otros órganos de menor importancia durante el ejercicio; y en segundo lugar, y más relacionado con el rendimiento, encontramos que como consecuencia de este aumento de flujo sanguíneo periférico, se aumenta el gasto cardiaco, con lo que la FC se ve aumentada. En condiciones de calor extremo, podemos llegar a un punto en el cual, a pesar de este aumento de la FC, haya una bajada de la presión arterial acompañada de un menor riego sanguíneo en los músculos activos, con la consecuente sensación de debilidad que esto supondría para el deportista.
•Sudoración: en el momento en el cual la temperatura ambiental es mayor que la temperatura de la piel, el gradiente o diferencia entre la temperaturas es negativo, por lo que el cuerpo tenderá a ganar calor. En este caso, el único medio utilizado para perder calor es la evaporación del sudor, cuyo funcionamiento ya ha sido explicado anteriormente.
La sudoración es muy importante para mantener constante la temperatura durante el ejercicio realizado a alta temperatura, pero una alta tasa de sudoración puede tener consecuencias negativas. En primer lugar, la tasa de sudoración puede alcanzar hasta los 2 l/h, lo cual, se relaciona con una pérdida importante de agua y la consecuente deshidratación, que conllevará un aumento de la viscosidad de la sangre provocando un descenso del volumen sistólico.
Otra consecuencia de una elevada tasa de sudoración durante períodos de tiempo prolongados, puede ser el descenso de la producción de orina. Durante una sudoración excesiva se observan alteraciones en el funcionamiento del riñón, detectándose una disminución de la filtración glomerular y un aumento de la reabsorción de agua y sodio. Todos estos procesos se ponen en funcionamiento como respuesta al descenso del volumen plasmático inducido por la alta tasa de sudoración.
Un aspecto a tener en cuenta, es que, según el estudio publicado por Gleeson M (1), la puesta en funcionamiento de los dos mecanismos termorreguladores explicados anteriormente, son susceptibles al entrenamiento, es decir, los sujetos acostumbrados a entrenar en situaciones de calor, son capaces de termorregular de una manera más eficaz que los sujetos que entrenan normalmente con otras condiciones térmicas.
•El sodio (Na): el sodio es uno de los elementos más abundantes en el sudor y por lo tanto sufre una pérdida importante cuando la tasa de sudoración es elevada. El sodio es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, es responsable del movimiento de los fluidos, incluso interviene en el control del volumen sanguíneo y como consecuencia de la presión arterial. Normalmente, en sujetos hipertensos se desaconseja la ingesta de NaCl, pero en sujetos deportistas, expuestos a una gran pérdida de sodio a través de la sudoración, podría ser beneficiosa su ingesta, junto con agua (5,6). Además en los estudios revisados también encontramos evidencia de que las bebidas que contienen electrolitos mejoran la hidratación del deportista (7,2).
•Los Hidratos de Carbono (CHO): los CHO, son la principal fuente de energía en los ejercicios de alta intensidad, por lo que cabría entender que sea interesante suministrar CHO, unido al agua durante el ejercicio. Además, algunos estudios concluyen que el agua unida a los CHO y a los electrolitos es más asimilable por el intestino, por lo que acelera el proceso de rehidratación (2). Sin embargo, parece que estas bebidas, sólo aumentan el rendimiento durante el ejercicio continuo de larga duración, no encontrando mejora en ejercicios interválicos de alta intensidad (2,8).
4. Efectos de la deshidratación sobre el rendimiento deportivoYa hemos visto que el deportista debe evitar llegar a un estado de deshidratación, para ello debe ingerir líquido antes,durante y después del ejercicio, para recuperar el agua, el sodio y el resto de electrolitos que se pierden a través del sudor. En caso de que el sujeto alcance un estado de deshidratación, su rendimiento se va a ver mermado. Las consecuencias de la deshidratación en relación al rendimiento físico son las siguientes:
•Incremento de la temperatura corporal, que empeora aún más la situación, haciendo más difícil la pérdida de calor (10).
•La deshidratación afecta en mayor medida al rendimiento aeróbico que al anaeróbico (11,12), observando un empobrecimiento del rendimiento y una aparición más temprana de la sensación de fatiga.
•En sujetos deshidratados se observa un descenso de la resistencia muscular. Por el contrario, la deshidratación no afecta de forma tan importante ni a la fuerza, ni a la potencia muscular (13).
En definitiva, podemos decir que la deshidratación afecta al deportista disminuyendo elr endimiento físico y yendo un paso más allá, incluso poniendo en peligro su salud, especialmente en los ejercicios aeróbicos de intensidad moderada-alta y de larga duración, por lo que es fundamental que en disciplinas de resistencia se hidraten correctamente, teniendo en cuenta lo establecido en los puntos anteriores.
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